La psicopatía es un trastorno de la personalidad antisocial (TPA) que se diferencia de otros trastornos antisociales por no sentir remordimientos ni culpa por las consecuencias devastadoras de su conducta sobre otras personas. Los psicópatas no tienen capacidad para sentir empatía y nunca llegan a amar a nadie.
No todos los psicópatas matan. La mayoría de los psicópatas no derramarán ni una sola gota de sangre en su vida. Los estudios psicológicos, pedagógicos y neurológicos realizados en los últimos años, ponen de manifiesto que los rasgos psicopáticos tienen un doble origen: el genético y el socio-cultural.
Un niño puede tener un componente genético psicopático y no desarrollarlo gracias a un entorno social, educacional y familiar beneficioso. Por el contrario, un niño genéticamente sano puede acabar adoptando una personalidad psicopática como consecuencia de un trauma familiar que ha ido intensificándose debido a un entorno social y educación inapropiados.
Psicológicamente existe una comunicación pobre o inexistente entre el hemisferio derecho (responsable de las emociones) y el izquierdo (lado racional) de los psicópatas. Neurológicamente se manifiesta como una ausencia de estímulos en el lóbulo prefrontal del cerebro. El lóbulo prefrontal es el mecanismo principal de nuestros razonamientos morales.
Los impulsos instintivos que se producen en su hemisferio derecho (derivados de una naturaleza genética psicopática o bien de un trauma infantil) no son inhibidos por el hemisferio racional, ya que no se da entre ambos hemisferios la comunicación necesaria para el control de sus emociones, a pesar de la existencia de castigos.
Suelen ser personas encantadoras, correctas, adaptativas, que pasan inadvertidas en las relaciones sociales. No obstante, no comprenden el significado de las palabras emotivas al igual que el resto de los humanos. No entienden por qué alguien puede sentirse dolido como consecuencia de sus actos o palabras.
Hare, profesor de la Universidad de la Columbia Británica, dijo que “un psicópata puede entrar en tu cerebro e intentar imaginar lo que piensas, pero nunca podrá comprender cómo te sientes.”
No sienten miedo. Son atraídos por las emociones fuertes, por los riesgos, poniendo en peligro incluso su propia vida. Son inmutables ante las situaciones de estrés, no reaccionan a las imágenes violentas, y no tienen capacidad de aprender de sus experiencias. Es por ello que son infrenables en sus actos y jamás corrigen su conducta.
Altamente egoístas y narcisistas, utilizan a las personas como objetos en beneficio propio, sin reparar en el daño moral o físico que de ello pueda desencadenarse. Manipuladores y mentirosos compulsivos, no se inmutan ante las preguntas directas que revelan sus hazañas. Pueden tener una vida sexual activa pero desordenada, al igual que sus relaciones personales, poco profundas e inestables.
Os dejo un test que consta de una única pregunta para saber si tenéis o no una personalidad psicopática:
“Una mujer está en el entierro de su madre junto a su hermana, y de repente ve un apuesto señor apoyado en un árbol del cementerio mirándola fijamente. Está lloviendo y ella se acerca a él para refugiarse en su enorme paraguas negro. La mujer, sonrojada, lo mira intensamente... Durante los días siguientes lo sigue, lo busca, lo ve... y poco a poco se enamora locamente de él, pero nunca le dice nada. Un día, le pierde la pista. Lo busca sin éxito y pasan varios días sin volver a verlo. Un buen día la mujer mata a su hermana."
La pregunta es: ¿Por qué la mató? (piensa un poco y no sigas leyendo hasta dar tu respuesta).
La única respuesta que daría un psicópata es: Porque es posible que en el funeral de su hermana lo vuelva a ver.
Espero que tu respuesta haya sido distinta.
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