Recuerdo las mañanas que olían a ti.
Recuerdo el sonido de tu guitarra al despertar.
Recuerdo tu sonrisa al verme pasar y me preguntabas qué tal.
Las palabras que no se dijeron,
las caricias que no se compartieron,
marcarán tu corazón y lo sé.
Sentada frente al espejo que no ves,
el tiempo se me acaba, el corazón se me para
y mis latidos no llegan a besar tu alma.
Y sólo te pido que no te olvides de mí.
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