Mi regalo de hoy

Hoy es el cumpleaños de mi abuela. Habría cumplido 96 años. Hace algo más de un año que no sueño con ella, al menos de la manera que antes lo hacía. Sé que dejó el mundo de los sueños para volver aquí, así que nos hemos perdido la pista.

A pesar de todo, en las fechas más señaladas siempre recibo alguna sorpresa. El aniversario de su muerte conseguí componer una pieza que todavía hoy cuando la oigo me parece increíble. No creo que sea la última ni mucho menos, al contrario, creo que fue la primera y eso me dio fuerza e ilusión para descubrir el nuevo camino. Mi camino.

Hoy me he despertado y al incorporarme en la cama he encontrado mi pequeña piedra de cuarzo rosa justo donde estaba tumbada, sobre la sábana. Hacía días que no la encontraba. Pensé que la había guardado en algún bolsillo pero no conseguí dar con ella. Esa piedra es importante para mí porque simboliza el amor. Desde que la tengo la trato con mucho cariño, sobre todo desde el nuevo año, ya que me he propuesto que éste debe ser un año especial para el amor.

Nada más levantarme de la cama he encendido la radio y he levantado las persianas. En cinco segundos me recordaban la fecha: “hoy es 20 de enero”. En seguida he sabido que ha sido un regalo. Me he acercado a su fotografía donde estamos las dos, yo de pequeña en su regazo mordiéndome las uñas, y ella, mientras me agarra con una mano se sirve una copa de champán con la otra. Recuerdo aquella cena, recuerdo aquel preciso momento. La he felicitado mientras miraba la imagen.