Cuando me di cuenta de que quería a Lur

04.09.2014 13:06

Después de un fin de semana fuera de casa fui a recoger a Lur. Lo había dejado con mi ex pareja. Hacía unos meses que habíamos roto, y aunque el perro se quedó conmigo, a veces me hacía el favor de cuidarlo si yo no podía. Cuando llegué al punto de encuentro, vi desde lejos que Lur venía algo desorientado y ansioso. No me extrañó demasiado, ya que siempre fue un perro nervioso.

Cuando me vio me saltó sin mucho entusiasmo y sin más dilaciones nos dirigimos a casa. En el camino no iba sereno, me costó mantenerlo centrado. Una vez en casa lo llevé a la terraza donde tenía su casita y sus muñecos, pero nada fue suficiente para entusiasmarlo. Estaba totalmente descentrado, nunca lo había visto de esa manera. Me quedé algo preocupada, mientras lo miraba según hacía la cena.

Acabamos de cenar y ahí estaba, echado en el suelo, con la cabecita apoyada de medio lado en sus patitas delanteras. Por primera vez desde que lo adopté sentí su profunda tristeza en mi corazón. En ese momento nos sincronizamos para siempre. Me acerqué y me senté a su lado. Le acaricié durante un buen tiempo mientras le preguntaba en voz baja si estaba bien. Le susurraba palabras de tranquilidad y ánimo, pero él ni se inmutaba. De vez en cuando movía sus ojos tratando de alcanzarme con la mirada sin levantar la cabeza. Cuando hacía ese intento se le movían también las orejitas y se le formaban unos pequeños pliegues en la sien. Me sentí profundamente triste.

Esa noche bajo la luz de la luna y las estrellas, tuve la sensación de sentir todo lo que él estaba sintiendo. Su vulnerabilidad entró en mi alma y nunca más volvió a salir. Desde esa noche Lur y yo éramos un equipo. Iba a ser mi compañero para siempre, sin dudas, sin preguntas, sin condiciones.

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