¡La espiritualidad existe!

17.04.2016 19:20

Cuando decimos que el cerebro humano es un órgano que apenas conocemos, con razón nos referimos a que sabemos bien poco del mismo. Esta afirmación se ha convertido en un tópico. Un tópico sobre el que los seres humanos tenemos la esperanza y certeza de ir aprendiendo a pasos agigantados hasta que deje de serlo. Muy lejos de la verdad. Jamás llegaremos a comprender el cerebro humano; mucho menos aun rozaremos sus límites. Es como el pez que se muerde la cola. ¿Acaso habéis visto algún pez que consiga morderse su propia cola?

Sólo tenemos que darnos cuenta de una cuestión: ¿qué es lo que nos permite estudiar y profundizar en los misterios del cerebro? El propio cerebro. Salvo que empleemos un órgano diferente y superior al cerebro, jamás podremos llegar a sus profundidades. Estamos atrapados en un círculo vicioso, pero como tozudos que somos en la raza humana, no nos damos por vencidos y pensamos que algún día llegaremos a controlar la mente humana.

A los ateos a y a los agnósticos me dirijo para decirles que aquí tienen la mejor oportunidad para hacerse con un Dios (me incluyo en el colectivo). Si hasta ahora no habéis disfrutado de ningún Dios en quien posar vuestras creencias y a quien culpar de vuestras desdichas, permitíos llevar al cerebro humano a casa y construirle un altar. A partir de ahora consideradlo vuestro Dios personal. Podéis adorarlo y jamás comprenderlo. A diferencia del resto de Dioses, éste sí que os dará fuerzas al igual que os las quitará si le viene en gana; os colmará de felicidad y os hará desdichados en cuestión de minutos; marcará vuestras experiencias vitales y vuestro destino; vuestra posición social y vuestras capacidades intelectuales. Os ofrecerá amor; cuando se aburra os lo arrebatará y os vengará con el odio. Os elevará al cielo y os dejará caer sobre las brasas del mismísimo infierno. Construyámosle un altar. No hay nada ni nadie que se lo merezca más que nuestro propio cerebro.

El poder del cerebro es "tan" ilimitado que dentro de sus no-límites cobija también todas las posibles contradicciones. En realidad es un órgano siniestro. Por mi parte y dada mi afición a los temas neurológicos, me gustaría extender el concepto del que hablo a todo el sistema nervioso, aunque me centraré por terminología en el cerebro, ya que es aquí donde se produce la principal actividad neurológica. Se ha descubierto que las neuronas, y por tanto la actividad neurológica, no sólo están en el cerebro, también se han encontrado neuronas en el estómago y en la médula espinal, así que cuando hago mención al cerebro me refiero al órgano por excelencia donde se produce principalmente la actividad neurológica. La mente humana es un reflejo de toda esta actividad neurológica que da lugar a diferentes conductas en las personas como consecuencia de las reacciones químicas que se están produciendo en su sistema nervioso. 

Cuando una persona tiene problemas neurológicos que afectan a su conducta entra en juego la psiquiatría. ¿Cómo se corrigen las conductas no deseables o enfermizas en una persona? Mediante el suministro de la medicación adecuada. ¿Y qué hace la medicación? Provoca reacciones químicas "deseadas" en nuestro sistema nervioso dirigidas a subsanar las reacciones químicas que no se producen de forma natural  o que se producen incorrectamente.

El cerebro se ha relacionado indiscutiblemente con la razón. Por el mismo motivo se le ha enemistado con la emoción y más aun con la espiritualidad. La ciencia ha ido de la mano de la racionalidad y se ha considerado que es fruto de una actividad cerebral "correcta". Sin embargo, la metafísica y la espiritualidad se han asociado a un funcionamiento "cuestionable" del cerebro. No hace falta que dé mayores explicaciones. Lo que me tiene indignada es que el propio cerebro está jugando con nosotros al juego del gato y el ratón, y parece que cuando se aburre de observarnos, de ver lo simples que somos, nos arrastra al juego de la espiritualidad. Disfruta con el simple hecho de vernos confundidos, llenos de fe y de energías positivas, ensalzando nuestro miserable ego, mientras responsabilizamos a un ente superior de todas nuestras dichas y desdichas. En realidad se quita un peso de encima.

Se ha demostrado que cuando el lóbulo temporal de nuestro cerebro se expone a campos electromagnéticos (o a frecuencias de ondas sonoras) no necesariamente intensos pero sí con patrones determinados, podemos sentir la presencia de otros seres, oír voces que provienen de nuestro interior, sentir que estamos fuera de nuestro cuerpo y demás fenómenos aparentemente paranormales asociados ineludiblemente a la espiritualidad. Vaya, vaya... el cerebro juega con nosotros cuando le viene en gana. ¿Os dais cuenta de que somos meros títeres de nuestro cerebro?

Lo anterior es tan cierto y comprobable como cuando nos colocan en la cabeza el llamado casco de "Koren" conocido como el casco de Dios (os animo a que os informéis sobre el mismo). Este casco contiene unas bobinas a lo largo de la circunferencia que conectados mediante cables a un ordenador van suministrando al cerebro estímulos electromagnéticos inducidos. Estos estímulos no es que sean de una gran intensidad, lo que ocurre es que se producen siguiendo unos patrones determinados que provocan alteraciones en el lóbulo temporal, de forma que la persona en cuestión vive experiencias místicas, espirituales o cercanas a Dios (especialmente cuando los estímulos se producen en sentido contrario a las agujas del reloj).

Dejando a un lado el casco de Koren, las alteraciones en el lóbulo temporal pueden ser provocadas de forma natural, como por ejemplo, controlando el ritmo de la respiración, mediante técnicas de meditación o por la simple exposición (normalmente involuntaria) a los campos electromagnéticos creados por algunos electrodomésticos caseros. Se ha observado además, que cuando tienen lugar determinados fenómenos naturales como una lluvia de meteoritos o actividades sísmicas entre otros, las personas más sensitivas pueden sufrir alteraciones en sus percepciones.

Los animales sin duda alguna presentan alteraciones en sus pautas de comportamiento cuando se ven sometidos a circunstancias de esta índole. Como curiosidad, se ha observado que los perros hacen sus necesidades en la misma dirección que el eje magnético terráqueo, prefiriendo la orientación norte-sur y evitando la orientación este-oeste.

Una prolongada y continuada exposición a este tipo de campos electromagnéticos o frecuencias de ondas sonoras, puede dar lugar y por lo tanto explicar, fenómenos paranormales e inexplicables como por ejemplo las llamadas "casas encantadas". Entre los seres humanos, las personas más sensitivas a estos factores naturales o del entorno, son las que se encuentran vinculadas al mundo emocional, como los artistas, músicos, pintores o escritores. ¿Sabéis cómo se le llama cuando sufren alteraciones en sus percepciones dando lugar a creaciones artísticas? (Tic-tac, tic-tac, ...) Se le llama "inspiración". Ahora entiendo por qué la locura es tan amiga de la inspiración.

Mis queridos lectores... la espiritualidad existe... y es tan racional, científica y demostrable como el propio cerebro humano.
 

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